A lo largo del tiempo, la mercadotecnia ha estado presente en nuestro día a día. Desde anuncios de tv, hasta los grandes carteles en avenidas de las grandes ciudades, hemos estado expuestos a un sinfín de marcas de diferentes usos.
Y tal vez uno mismo crea que estos anuncios no afectan, sin embargo, es más habitual de lo que uno cree. Las personas tendemos a dejarnos llevar por la apariencia, no solo en cuestión de vestimenta, también en una cuestión de estatus social, como por ejemplo un automóvil de lujo, muebles caros, una tarjeta de crédito que no todos podrían pagar.
En el pasado las cosas rendían mucho más tiempo, y por lo tanto, se podría justificar que las personas adquirieron dichos objetos, sin embargo, hoy en día los productos no rinden como antes. Uno de los ejemplos más claros es el fast fashion.
La moda rápida o fast fashion es el nombre que se les da a cadenas de ropa como Inditex. Es ropa hecha rápidamente y con una calidad muy baja, pues no dura mucho tiempo, pero se puede producir en grandes cantidades a un menor tiempo. Su marketing va dirigido a las personas jóvenes y que pueden dejarse llevar más fácil por la apariencia.
Una de las cosas rescatables de este tipo de empresas, es que al producir en masa sus productos, los precios de los mismos, son mucho más accesibles para la mayoría de las personas. Pero a costa de eso, la ropa se acaba rápidamente, y va a parar a los vertederos de basura.
Fuente:
38 Consumer 