Con la transformación de los medios digitales, los formatos de mercadotecnia, los contenidos, y las marcas han tenido que adaptarse a estos cambios y buscar nuevas formas de publicidad, recurriendo a estrategias que jamás hubieran imaginado.
Al inicio se buscó hacer publicidad por medio de alguna persona que tuvieran voz entre el mercado meta de cada marca, así fue como nacieron los influencers, sin embargo, estos personajes solo cubren a un mercado adulto.
El mercado infantil ha crecido un 25% en México, al darse cuenta de este gran crecimiento, las empresas están buscando la forma de llegar a este segmento por una fórmula ya probada; los kidinfluencers, son pequeños influencers que dan su opinión de productos que ellos mismos usan, consumen y compran.
Empezamos a ver a estas pequeñas figuras en algunos anuncios de Facebook, Instagram y Twitter, principalmente; estos niños que generalmente no pasan de 13 años son la nueva forma de marketing.
La cuestión es que las campañas con kidinfluencers tienen unas reglas totalmente distintas y las marcas deben ser mucho más escrupulosos con lo que hacen. Y no sólo por el tipo de público al que se dirigen, sino también por la plataforma que se usa. No se puede forzar el mensaje, ni que el contenido sea excesivamente publicitario. Es importante que sea claro y transparente.
En algunos países como Estados Unidos, se están empezando a abrir debates relacionados con la legalidad y la ética sobre este tema. De la misma manera que los medios tradicionales han ido adaptándose, y se ha legislado para los nuevos formatos de marketing, para respetar las leyes, en lo que respecta a los derechos de los niños, lo mismo tendrá que ocurrir en las redes sociales.
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