Una franquicia es la relación que existe, de forma jurídica y comercial, entre el propietario de una marca y un individuo o grupo que desea utilizar esa identificación en un negocio.

La franquicia es la encargada de dirigir la manera de conducir un negocio entre dos partes, generalmente venden bienes o servicios, que son suministrados por el dueño de la marca.

Todo se basa en la confianza mutua entre el dueño de la marca y quien adquiere la franquicia.

Quien proporciona la experiencia empresarial es el franquiciador, ya sean planes de marketing, gestión, asistencia financiera, localización, entretenimiento, etcétera, y el que adquiere la franquicia se encargará de formar el espíritu empresarial, para que el negocio  sea todo un éxito.

El franquiciador es dueño de los derechos de un nombre o marca comercial, y vende estos derechos al franquiciado, ésto se conoce como franquicia de producto o marca comercial.

En este modelo se provee un amplio rango de servicios, los que incluyen la selección de la ubicación, entrenamiento, suministro de productos, planes de marketing e incluso asistencia para obtener financiamiento.

Al comprar una franquicia, el comprador a menudo puede vender bienes y servicios, que cuentan con reconocimiento instantáneo de la marca, imagen y nombre, además puede obtener el apoyo que le facilite alcanzar sus metas, pero como cualquier inversión, la compra de una franquicia no es garantía de éxito.

Una franquicia permite al inversor o franquiciado operar un negocio, al pagar una cuota de franquicia, la que puede costar varios miles de dólares, se obtiene un formato o sistema desarrollado por la compañía dueña de la marca, el derecho de usar el nombre del franquiciador, por un tiempo limitado y asistencia.

Algunos franquiciadores ofrecen soporte continuo en forma de boletines mensuales, teléfonos gratuitos para asistencia técnica, y seminarios o talleres periódicos.

Mientras que comprar una franquicia puede reducir el riesgo de inversión, permitiendo asociarse con una compañía establecida, esta puede ser costosa, así mismo puede que se tenga que renunciar a una parte importante del control sobre el negocio, por las obligaciones contractuales con el dueño.

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