Cuando se trabaja con un cliente, lo más importante es lograr su satisfacción, entregar un trabajo excelente y que realmente sea adecuado a lo que necesite; al final, es por lo que nos está pagando, pero también hay que poner algunos límites y ordenar la forma de trabajo, aquí te dejamos algunas acciones para lograr un ganar-ganar cuando de satisfacción y trabajo se trata.
- Que la experiencia sea tu fortaleza:
Es importante que demuestres por qué fuiste seleccionado o propuesto para realizar el trabajo, y es tu experiencia la que te va a sacar a flote. Preséntate como un especialista y realiza tus propuestas con base en tus capacidades y conocimientos creativos.
- Define tus reglas:
Antes de llegar a algún acuerdo de trabajo creativo, es necesario que informes al cliente acerca de tus necesidades de trabajo y tus propias reglas del juego. Limita el número de revisiones y modificaciones y ponle precio a cualquier acción que se realice fuera de ese tiempo.
- Ten empatía con el cliente:
Tus propias herramientas creativas te harán saber que un proyecto se mejora con un nuevo color, una nueva posición, un adecuado contraste o muchas otras acciones. Debes aprender a conocer las necesidades del cliente y transmitirlas de la mejor manera.
- Desecha la arrogancia:
Hay creativos que no soportan con mucha facilidad la crítica y rehúsan hacer cambios porque ven “arruinada” su propia obra intelectual. Hay que saber entender que el cliente paga por el trabajo y muy seguramente será su propietario, quítate la arrogancia y aprende a cumplir sus deseos, siempre y cuando sean coherentes.
- Cumple con tus compromisos creativos:
En las reuniones previas que realices con el cliente, debes establecer con claridad qué es lo que ofreces y cumplirlo en los plazos convenidos. Deberás, además, comprender lo que el cliente quiere, conjuntarlo con tus propias capacidades, y desarrollarlas.
6.- Sé claro en tu lenguaje:
El que seas un experto no significa que los demás lo sean. Expresa con un lenguaje sencillo y contundente lo que ofreces y el porqué de tus propuestas, busca la empatía y privilegia la buena comunicación, en todo momento.
- Piensa en un objetivo claro y conjunto:
No te olvides que ambas partes están buscando llenar diversas necesidades, la relación creativo-cliente se puede hacer como una labor de equipo.
- Transmite confianza con tus interlocutores:
El primer paso para lograrlo es sentarse a hablar. En lo subsecuente deberán conducirse con verdad, y gran parte de la labor de infundir confianza estará hecha.
- Haz del diseño un escaparate del cliente:
Sin importar el tipo de producto que hagas o la naturaleza del contratante, coloca su esencia y explícale que así será tu labor.
- Ofrece un diseño versátil:
Diseña una idea que sea capaz de adaptarse a diferentes soportes y plataformas, que se coloque correctamente ante el consumidor y que sea funcional. De tu creatividad dependerá lograrlo.
- Explícale a tu cliente que está realizando una inversión y que sabes de la seriedad que se requiere cuando se trata de dinero.