A cada minuto, a cada hora nace un niño, niño que desde su nacimiento, y según cientos de factores sociales, ha de consumir servicios y productos, consumo que, con el paso de los años ha de cambiar, a demandar otra clase de productos y servicios, para satisfacer las necesidades que, de acuerdo con su generación y contextos sociales ha de tener.
Hablamos de los niños y el consumo.
Cada integrante de un nicho o segmento de mercado, tiene características compatibles o relevantes a otro que sostenga una relación con éste; es decir, que entre el mercado de los padres y el de los hijos, hay una relación directamente proporcional para satisfacer las necesidades de uno. Por ejemplo: un niño en el supermercado pedirá un juguete, el producto será analizado por el padre para saber si es conveniente para el niño y el precio se ajusta a las necesidades del padre, sin embargo, será el infante, el usuario final, quien tome la decisión sobre la compra.
El ejemplo anterior bien puede ser ilustrado por los cambios que han hecho algunas aerolíneas, para el entretenimiento infantil; asimismo, los supermercados y tiendas de conveniencia han establecido estrategias para alcanzar a los mercados infantiles, desde cambios en la ubicación y acomodo de mercancía, hasta el en trazo de estrategias de trade marketing, activaciones y servicios de postventa, enfocados meramente en conseguir la atracción del mercado infantil.
En ese sentido, las compañías están desarrollando productos y servicios enfocados en el núcleo familiar, pero con una tendencia hacía los infantes, tal es el caso del festival Vive Latino, que en su edición 2017, implantó un área para el disfrute de familias con niños, que contaba con juegos y actos, como cuenta cuentos entre otros, teniendo como resultado un evento de ambiente familiar y atrayendo asistentes que podrían haber dejado de presenciar el festival.
Para acercarse al mercado infantil, es importante comprender que los niños requieren atención extra y motivación especial como: regalos o merchandising que atraigan la atención de otros niños, gorras, camisetas, juguetes, etcétera; en el mismo sentido, servicios que hagan que otros padres se interesen por conocer la experiencia de los infantes y sus padres, de ese modo se consigue la atención, tanto del usuario final como del consumidor.
Es importante entender que no todas las industrias pueden aventurarse por el mercado infantil, ya que pueden resultar en fatídicos resultados, por el contrario deberán hacer una revisión completa de qué puede aportarse al mercado, o qué se puede hacer para ayudar a mejorar la experiencia de las familias.