En tiempos en donde el discurso de identidad de género tiene tantas versiones, la publicidad se ubica en una postura complicada, ya que ha sido fuente primordial para la creación de estereotipos de género.

Hoy hablamos del desarrollo y aplicación de los estereotipos de género.

Día a día podemos encontrarnos con numerosos ejemplos de esta práctica,  que al pasar de los años se han dado por crear la idea de cuál producto o servicio pertenece a qué género, al grado de que encontramos erróneo el ver que alguien del sexo opuesto use o consuma algún producto para el otro. Por ejemplo, en los contenidos publicitarios de automóviles a quienes se ven dentro de ellos y para quien está destinado el esfuerzo, es para los hombres, si bien existen mujeres, estas pasan a un segundo plano en el que son acompañantes del piloto o conductor, hombre por su puesto; claro sin caer en el discurso feminista, podemos encontrar comerciales de coches con mujeres como protagonistas pero aún no representan nada, en comparación con los existentes para el género masculino.

En ese mismo sentido, los productos de baño como el shampoo, están dedicados prácticamente en su totalidad para mujeres, sin tomar en cuenta la necesidades cosméticas del hombre. En la actualidad podemos ver productos de este tipo y su respectivo material publicitario para hombres, sin embargo, pasa lo mismo que con la industria automotriz, son menos en proporción, con los dedicados a las mujeres.

¿La publicidad realmente afecta el funcionamiento social? Sin duda, la pregunta a la que todos han de responder que sí, no obstante, el desarrollo de las  actividades publicitarias están basadas en el comportamiento de los consumidores; si bien el trabajo mercadológico lo ha expuesto, las creencias ya existían desde hace muchos años.

Tal como señalamos al principio, estamos en los tiempos en donde los discursos de identidad de género comienzan a disolver los estereotipos de género, avances de este tema pueden ser vistos en un simple pasillo de supermercado, en donde podemos ubicar productos para hombres y mujeres, siendo comprados por ambos sin restricción alguna.

Debemos pensar que la publicidad es un reflejo que realza las características del sistema social en el que vivimos, y somos nosotros mismos quienes las hacemos enraizarse entre nosotros. Es momento de dejar a un lado los estereotipos y comenzar a vivir en una verdadera sociedad.

@38consumer