
La pandemia del COVID-19 es un hecho sin precedentes en la época moderna, ya que la manera en la que las personas hacían sus actividades como trabajar, estudiar y comunicarse con sus amigos ha cambiado radicalmente, todo como en un episodio de una serie futurista.
Es necesario saber que así como las personas tuvieron un cambio en sus vida, también lo tuvieron las empresas, lo hábitos de consumo cambiaron radicalmente, no se puede mostrar una vida de opulencia cuando hay personas que mueren por falta de dinero para pagar un tratamiento.
Muchas empresas dedicadas al lino como Gucci, Bulgari, Ralph Rauren, entre otras, reportaron una disminución muy grande en sus índices de venta, lo que repercutió de manera negativa en las operaciones que tienen en sus tiendas físicas.
Se estima que en este sector cayeron los niveles de venta en un 20%, regresando a niveles del año 2015; el sector de los automóviles de lujo, como Rolls Royce, cayó entre 8% y 10%, mientras que el sector de experiencias de lujo cayó 56% por el cierre de cruceros y hoteles de lujo.
Los efectos de la pandemia se pueden ver en las tiendas físicas de este tipo de negocios. En Polanco, Ciudad de México, se encuentra una de las avenidas comerciales más costosas de América, Avenida Presidente Masaryck, hoy llena de letreros de “Se renta” puesto que muchas de las marcas han decidido cerrar sus puertas.
Como conclusión, aunque los niveles de ventas de las marcas de lujo se han visto afectados por el cierre de negocios, sí puede ser el inicio de una nueva etapa, ahora podrían enfocar su modelo de negocios a una plataforma electrónica en el caso de los artículos de lujo, mientras que el sector de servicios tendrá que esperar a la reapertura de las tiendas físicas.
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