
¿Cuántas veces te ha pasado que buscas un producto en internet y 30 minutos después no dejas de ver anuncios sobre él? Esto les ocurre a todos los usuarios de internet, puesto que con internet llegó un nuevo canal para ofrecer productos a los consumidores.
Muchos de los usuarios de internet dejamos de lado el contenido que nos ofrecía la televisión por dos razones, la primera porque no podemos controlar el contenido que estamos consumiendo y en segunda, los cortos comerciales son demasiado largos y recurrentes.
Tal parece que el mismo fenómeno está ocurriendo en internet, en los comienzos de plataformas como YouTube podíamos observar algunos anuncios en forma de banners, ahora tenemos esos molestos anuncios que aparecen antes de que inicie el video y tenemos que ver forzosamente por un periodo corto de tiempo.
Una alternativa para dichos anuncios son las plataformas de streaming como Netflix, las cuales te ofrecen reproducción ondemand y contenido con una producción superior al contenido ofrecido en otros sitios.

Una de las ventajas que tiene el internet es que mediante algoritmos, información que compartimos y nuestras búsquedas, los anunciantes pueden ofrecernos los productos en los que estamos interesados, por lo cual les ayuda de manera considerable a aumentar la posibilidad de venta.
Pero la pregunta es, ¿En qué momento comienza a ser excesiva esta publicidad? La respuesta es muy incierta y tendrá diferentes puntos de vista, como consumidor parece una mejor idea contratar un servicio privado para omitir esta publicidad, al igual que antes se pagaba un servicio de televisión por cable.
Fuentes:
https://elpais.com/economia/2019/07/05/actualidad/1562323092_245688.html